Joaquín Sorolla y Bastida
(1863-1923)
Inicio esta sección con el pintor español nacido en Valencia y formado en su ciudad natal con el escultor Capuz; estudió posteriormente las obras del Museo del Prado y, gracias a una beca, pudo residir y estudiar en Roma desde el año de 1884 a 1889. En esta época se dedicó sobre todo a cuadros de temática histórica, que no ofrecen demasiado interés.
Un viaje a París en 1894 lo puso en contacto con la pintura impresionista, lo que supuso una verdadera revolución en su estilo. Abandonó los temas anteriores y comenzó a pintar al aire libre, dejándose invadir por la luz y el color del mar que conocía desde pequeño, el Mediterráneo. Son precisamente las obras de colores claros y pincelada vigorosa que reproducen escenas a orillas del mar las que más se identifican con el arte de este pintor.
Sin embargo, fue un artista activo, que realizó también numerosos retratos de personalidades españolas y algunas obras de denuncia social bajo la influencia de su amigo Blasco Ibáñez.
Su estilo agradable y fácil hizo que recibiera innumerables encargos, que le permitieron gozar de una desahogada posición social. Su fama rebasó las fronteras españolas para extenderse por toda Europa y los Estados Unidos, donde expuso en arias ocasiones. De 1910 a 1920 pintó una serie de murales con temas regionales para la Hispanic Society of America de Nueva York.
Aquí os dejo una obra, de sus típicas playas bañadas por el Mediterráneo, bañadas por esa luz tan característica de nuestro país. Yo estaré un tiempo bañándome en esas playas, aunque no precisamente en las costas bañadas por el mare nostrum, sino por las costas regadas por el agua que nos llega desde el charco que nos separa del nuevo mundo; aún así, esta obra me recuerda a esas playa tranquilas del mes de septiembre en un pueblecito gaditano llamado Rota, donde el tiempo parece que se ha detenido para no perder ese sabor antiguo, de calma y reposada tranquilidad que inunda sus calles estrechas, llenas de patios y corrales de vecinos y donde aún se huele ese olor a puchero de abuela.
Feliz retorno de las vacaciones, nos vemos pronto cuando vuelva yo de las mías.
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